Este fin de semana hemos vivido intensamente dos jornadas de waterpolo con un final feliz, pero con muchos nervios y emoción.
El sábado, se disputo el partido de semifinales contra el CN Manresa. A priori no se sabía muy bien como resultaría el partido ya que no existía ninguna comparación clara, pero al poco de iniciarse ya se dislumbraba que iba a ser un partido igualado.
Los primeros compases del encuentro fueron de toma de contacto entre los equipos, nadie se atrevía a arriesgar para evitar encajar goles y los nervios estaban a flor de piel. Durante todo el partido, ninguno de los dos equipos fue capaz de abrir una diferencia mayor a un gol, pero sin embargo, conforme avanzaba el partido, se veía que los jugadores estaban cada vez más concentrados. Los nuestros defendían muy bien pero tres errores facilitaron los tantos del CN Manresa, sin embargo, en el ataque estábamos mucho más espesos, y hacer un gol nos costaba mucho, cuando no era la defensa, era el portero o cuando no un mal lanzamiento. Al final del encuentro se llegó con un agónico empate a 6 goles, así que había que jugar un tiempo extra.
En ese tiempo de prolongación los nuestros salieron a darlo todo y a poco del inicio conseguimos ponernos por delante, sin embargo, a falta de 50 segundos convirtieron el empate y las tablas se volvían a poner en el marcador final.... ¡A los penaltis!
Si agónico fue el final del partido y del tiempo extra, lo de los penaltis no tiene nombre. La tanda de 5 inicial se resolvió con empate, los jugadores estaban muy nerviosos, la grada gritaba y animaba sin parar y así lanzamos el sexto, el séptimo, el octavo... y hasta 11 penaltis hasta que Héctor Macía rompió la igualdad y... ¡a la final!
Sin duda fue el partido más emocionante y bonito que hemos vivido en el año, y pese a todo, los dos equipos pudieron llevarse la victoria. No queda más que elogiar la actitud de los jugadores de ambos equipos que brindaron un partido disputado, emocionante y de una igualdad extraordinaria.
El primer objetivo estaba cumplido, ahora había que jugar la final del domingo.
La Final.
En la final nos encontramos con el Cablescom EWZ que venció claramente su semifinal ante el Tximitistarri. Aunque los equipos han disputado varios partidos a lo largo del año, el cansancio del día anterior y el jugarlo todo a un partido en campo visitante hacía presagiar una final igualada.
Desde el inicio del partido los nuestros demostraron una intensidad en defensa muy elevada y en el segundo cuarto el marcador ya mostraba un 5 a 0. El ataque seguía siendo poco claro, desperdiciando balones fáciles, pero aunque pocas veces, el balón entraba en la portería rival. A partir de aquí, el equipo se limitó a mantener la ventaja en el marcador, controlando muy bien la situación del partido hasta el pitido final, consiguiendo la victoria.
Ha sido un fin de semana intenso, de grandes emociones y nervios (sobre todo el sábado), y hay que destacar la actitud de los jugadores y de la afición.
Para este cronista, hay valores mucho más importantes a conseguir que la victoria en un torneo, y la deportividad es uno de ellos. Deportividad que tiene que acompañar a este equipo a cualquier sitio que vaya, tanto de jugadores como de afición. Se gane o se pierda hay que animar y aplaudir a TODOS los jugadores del partido, porque todos se esfuerzan y lo merecen.
Esperemos que este equipo pueda presumir de tener unos jugadores que lo dan todo y una afición que les anima en los buenos y los malos momentos y ante todo, hay que conseguir que el deporte nos una a todos, sean del equipo que sean. De momento, creo que vamos por el buen camino y podemos presumir.
Enhorabuena a todo "El Olivar" porque aunque somos pocos, hacéis que este club sea muy grande.
